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Si la entomofagia es una práctica que se remonta a siglos y siglos antes de nuestro periodo en los países orientales, ahora es una moda.

¿Pero podría ser que de aquí a algunos años todo el mundo coma insectos? Las naciones Unidas por la Alimentación y la Agricultura incito el consumo de insectos comestibles.

La razón es muy simple: se cree que es la única solución para alimentar más de 9 millares de seres humanos de aquí al 2050,  o como máximo en el 2030 para los más escépticos.

En efecto, cuando miramos la evolución incesante de la degradación del medio ambiente, la presión del calentamiento global,  el alza del precio del petróleo, el aumento de la demanda en el consumo de la carne, de productos, etc.; al igual que la aumentación demográfica, la humanidad enfrentará una catástrofe alimenticia de aquí al 2030.  Actualmente, no se puede dar una solución para 900 millones de personas que sufren de hambruna.

Para comenzar, los insectos presentan una taza de aumentación elevada. Lo que supone una facilidad para aumentar la producción en grandes cantidades, que son necesarias para alimentar una gran masa de la población. Igualmente, cuentan con un alto aporte en proteínas en relación a la carne de vacuno.
Las proteínas existentes en 100 gr de carne de vacuno equivalen a 40 pequeños grillos, según un criador de insectos comestibles francés. Además, los insectos no dañan el medio ambiente, emanan cantidades de CO2 casi inexistentes y su crianza y producción es menos costosa en relación a la crianza de animales tradicionales, como de vacuno o porcino.

Si la producción bovina exige 8 Kl de alimento para producir 1Kl de carne, en el caso de los insectos se necesitan tan solo 2 kg para producir  1 kg de insectos comestibles. Casi en todos los países de Asia consumen insectos comestibles, en América Central y una parte de África también adoptan esta práctica. Sin embargo para los occidentales, comer insectos es parte de una « diversión », como se dice.

Algunas variedades son más ricas en nutrientes que la carne de pescado o de vacuno. Pero lo que parece más esencial en el consumo de insectos es su respeto  al medio ambiente. La producción de insectos no necesita de grandes espacios, solo basta de un acuario para el desarrollo de cada especie. Ellos no demandan grandes cantidades de alimentos, un productor de insectos explica que solo basta con alimentarlos una vez al día con frutas y verduras, lo que no es el caso la producción bovina tradicional.
En el plano ecológico, los insectos emanan bajas cantidades de gases, lo que contribuye de gran manera a la disminución de la producción de gas de invernadero, lo que es actualmente la mayor causa del calentamiento global.

Una afirmación debe estar siempre argumentada por pruebas y análisis tangibles.
Es por esto que los estudios de investigadores son bienvenidos para probar que la producción de insectos no daña al medio ambiente.

Según los investigadores de la Universidad de Wageningen de los Países Bajos, la crianza y producción de grillos, gusanos de harina o de langostas, producen menos gases contaminantes como el dióxido de nitrógeno o el metano, todos provenientes de la crianza y producción de vacuno y porcino. Además, los insectos comestibles no degradan en suelo, ya que son criados en acuarios.

La producción tradicional emana una gran cantidad de amoniaco, el cual es un elemento nefasto para el suelo. Es prácticamente imposible cultivar en una tierra acidificada o nitrificada por el amoniaco.

Algunas cifras para ilustrar el tema: una vaca emana cerca de 7,8 gr de CO2 al día por kilo y un cerdo emana cerca de 27.96 gr, mientras que un grillo emana solamente 0.09 gr.

Convencidos de la importancia de la crianza y producción de insectos comestibles para la humanidad, ciertos operadores alimenticios pueden volverse hacia este prometedor sector. El mercado está en plena expansión en algunos países del mundo como por ejemplo en China, Tailandia, Japón y en muchos países de África y en América del Sur.

 

¿Y qué pasa en Europa?

Por el momento, los países europeos no se interesan de gran manera en el tema, a pesar de la recomendación de la FAO que incita la crianza, producción y consumo de los insectos comestibles. Para ser un revendedor se necesita antes de todo ser un conocedor.

Es normal que en un principio se abstenga a los insectos por su apariencia, de ahí la importancia del rol del revendedor que debe saber presentar los insectos como un alimento cotidiano. ¡Le proponemos nuestros productos para la venta en tienda o en línea!

No dude en contactarnos.

La primera etapa para que la población, acostumbrada a comer bistec de vacuno, se habitúe a cambiar de dieta es pasando por las cenas de descubrimiento o por las degustaciones gratuitas. Vuélvase un insectívoro. Los insectos comestibles son menos costosos de la carne o el pescado. Un chef de cocina especializado den insectos comestibles pondrá su talento a su servicio para que descubra en conjunto que la entomofagia no es una práctica asquerosa. Algún día podría convertirse en una habitud cotidiana para todos.

De esta forma, él prepara una serie de platos a bases de insectos. Los insectos pueden ser presentados para habituar a la gente. Los insectos pueden también ocupar el lugar de los embutidos, en la repostería o incluso en las golosinas, como chupetinas de escorpión o caramelos de hormigas por ejemplo. Según los científicos, los insectos muy vistosos o de colores fuerte son famosos por no son aptos para el consumo. Es por esto que podrá encontrar en la sección de supermercado de los países asiáticos, el color de nuestros insecto esta entre los tonos marrones, verde oscuro o amarillo pálido.

Así, tenemos como los más famosos a las larvas, los gusanos, las langostas, los grillos, las orugas, las hormigas, los escorpiones, y los chinches gigantes. Se pueden preparar fritos, en salsa, en brochetas o mezclados con cremas dulces o con un toque le licor. Contacte nos para sus fiestas y cenas.